Edad Antigua

Edad Antigua

Bolskan y Osca. Siete siglos de presencia romana

 

Síntesis


La ciudad que los romanos encontraron, en torno el año 200 antes de Cristo, pertenecía al pueblo ibérico de los ilergetes para unos investigadores y al de los suesetanos para otros. La ciudad, de nombre Bolskan, fue llamada Osca por los romanos. Durante los siete siglos de presencia romana, son hitos importantes la presencia y muerte en ella de Quinto Sertorio; la acuñación de monedas de plata y bronce con los nombres Bolskan y Osca; el apoyo a Julio César en la batalla de Lérida; y la conversión de la ciudad en municipio romano, con el título Urbs Victrix Osca (Huesca, Ciudad Victoriosa), que figura todavía, abreviado como V.V. Osca, en su escudo. La lengua que se hablaba a la llegada de Roma (no indoeuropea ―ya fuera ibérica o eusquérica―) terminó por desaparecer, siendo sustituida por el latín. A partir del siglo III, Osca sufrió, al igual que otras ciudades hispanas, una marcada decadencia, que se prolongó hasta época musulmana. Al final del periodo romano, Osca se hizo cristiana y tuvo obispos (el primero conocido, de nombre Siagrio, en el año 420).

 

Cronología


Hacia el año 200 antes de Cristo. Roma conquista las tierras oscenses. La ciudad contaba entonces con un ancho foso defensivo, excavado en las arcillas duras (salagón) del subsuelo de Huesca. Dicho foso ha sido localizado en las excavaciones arqueológicas realizadas en varios solares del Coso Alto.

Hacia el año 200 antes de Cristo. Se solía afirmar que la ciudad pertenecía, de acuerdo con autores antiguos como Estrabón o Ptolomeo, al pueblo ibérico de los ilergetes. Recientemente, sin embargo, ha cobrado fuerza la tesis que la vincula, a partir de otro autor clásico, Plinio el Viejo, y de testimonios arqueológicos y numismáticos, con otro pueblo, el de los suesetanos. La lengua que se hablaba en nuestro territorio (ibérica para unos investigadores y eusquérica para otros) era no indoeuropea; y por tanto, muy distinta del latín, que, al igual que el celta del interior de la Península, pertenecía a la familia de lenguas indoeuropeas. De aquella lengua prerromana procede, posiblemente, el nombre del río de la ciudad, Isuela.

Siglos II-I antes de Cristo. El primer habitante de la ciudad. En 1985, al abrir en la avenida Martínez de Velasco una zanja para la conducción del agua, las brigadas municipales encontraron una escultura ibérica de piedra. Representa una cabeza humana (no se sabe a ciencia cierta si masculina o femenina), con un gorro de forma cónica. Tras el hallazgo, en la zona se localizó y excavó la necrópolis más antigua de la ciudad (siglos V antes de Cristo-I después de Cristo).

Desde el siglo II antes de Cristo. Lento pero imparable avance de la romanización, que hace desaparecer la lengua prerromana, sustituida por el latín. Un testimonio fascinante de ello es el nombre del otro río de Huesca, Flumen (“río” en latín).

Siglos II-I antes de Cristo. La ciudad acuña bajo dominio romano monedas de plata y bronce con escritura ibérica, en las que su nombre es Bolskan (y en algunas ocasiones Olskan) ―dichos nombres, precisamente, los conocemos solo gracias a estas monedas―. Son cuatro tipos de moneda, de mayor a menor valor: denario de plata y as, semis y cuadrante de bronce. En los anversos figura una cabeza varonil (con barba en el denario y el as y sin ella en los demás). En el reverso, además del nombre de la ciudad, un jinete con lanza (denario y as), un caballo alado (semis) y un caballo (cuadrante).

Siglos II-I antes de Cristo. El nombre con el que los romanos llamaron a la ciudad fue Osca (de donde viene oscense, el gentilicio con el que se conoce todavía a los habitantes de Huesca). Osca es, seguramente, la latinización de los nombres Bolskan y Olskan.

77-72 antes de Cristo. Durante una de las guerras civiles que terminaron con la República romana en el siglo I antes de Cristo, Quinto Sertorio hace de Bolskan-Osca la “capital” de los territorios que llegó a dominar en Hispania.

77-72 antes de Cristo. Durante las guerras sertorianas ―Sertorio se enfrentó primero a Metelo y después al célebre Pompeyo―, la ciudad acuñó una cantidad enorme de denarios de plata con el nombre Bolskan, hasta convertirse en una de las cecas, si no en la primera, que mayor cantidad de moneda emitió en Hispania bajo dominio romano.

77-72 antes de Cristo. La escuela de Osca. Sertorio funda en la ciudad, de acuerdo con el testimonio de Plutarco, una escuela en la que educa a la manera griega y romana a los hijos de los jefes hispanos que le apoyan, a la vez que los mantiene como rehenes para asegurarse la lealtad de sus padres. Cuando la guerra se vuelve desfavorable, Quinto Sertorio mata a parte de los estudiantes y vende como esclavos al resto. Inspirándose en este episodio pese a su trágico final, la Universidad de Huesca considerará a Sertorio desde el siglo XVI su fundador mítico y se llamará a sí misma Universidad Sertoriana.

72 antes de Cristo. Quinto Sertorio es asesinado durante un banquete en Osca por Perpenna, uno de sus lugartenientes. Perpenna, más tarde, es derrotado y muerto por Pompeyo, con lo que dan fin las guerras sertorianas. Pompeyo funda, en territorio vascón, Pompelo (Pamplona), ciudad a la que da su nombre.

Siglo I antes de Cristo. En el solar del Círculo Católico se ha descubierto un pequeño templo, dedicado posiblemente a Dionisos (el dios Baco de los romanos), tres calles empedradas y una vivienda con mosaicos de rosetas. En este espacio está prevista la creación por el Gobierno de Aragón de un museo sobre la Osca romana. Tales restos arqueológicos, unidos a otros de este siglo, igualmente monumentales, encontrados en diversos puntos de la ciudad, testimonian un temprano e intenso grado de romanización de Osca.

49 antes de Cristo. En sus Comentarios de la guerra civil, Julio César menciona a los oscenses (de hecho, son ellos los que encabezan la lista) entre los pueblos que le prestaron apoyo mientras seguía indecisa la batalla de Lérida contra las legiones de Pompeyo. Se trata de otra de las guerras civiles que vive el mundo romano en estos decenios.

Hacia el año 39 antes de Cristo. Gneo Domicio Calvino, gobernador de la Hispania Citerior (la provincia romana a la que pertenecía Osca), acuña en la ciudad denarios con su nombre ―DOM, abreviatura de Domicio―. Es la primera moneda con escritura latina y no ibérica y también la primera en la que aparece el nombre Osca en vez de Bolskan. Se trata, asimismo, de la última moneda de plata que emitió la ciudad. Domicio Calvino acuñó estos denarios con motivo de su campaña militar contra el pueblo pirenaico de los cerretanos, campaña durante la que Osca le sirvió, posiblemente, como base de operaciones.

En torno al año 30 antes de Cristo. Osca adquiere la condición privilegiada de municipio romano, con la que todos sus habitantes pasaban a ser ciudadanos romanos de pleno derecho. La ciudad se gobernó desde entonces como una pequeña Roma, con dos magistrados anuales, los duunviros. El título oficial del municipio es Urbs Victrix (Ciudad Victoriosa), que conocemos solo a través de sus monedas.

30 antes de Cristo-40 después de Cristo. Durante unos 70 años, Osca acuña monedas de bronce bajo los emperadores Augusto, Tiberio y Calígula. En el anverso figura el retrato del emperador correspondiente. Y en el reverso, el jinete con lanza que ya aparecía en las monedas de Bolskan; el nombre Osca; el título del municipio, Urbs Victrix, abreviado de diversas formas ―la más frecuente, V.V. (“u” de Urbs y “uve” de Victrix)―; y, en ocasiones, los nombres de los duunviros del año en que se acuñaba la moneda (se conocen en total siete parejas). A finales del siglo XVI, el jinete lancero y el título Urbs Victrix Osca de estas monedas imperiales se incorporaron al nuevo escudo de Huesca, vigente todavía hoy.

Primera mitad del siglo I después de Cristo. Construcción del teatro romano, cuyos primeros restos se localizaron en el año 2006 en la parte baja del cerro en el que se asienta la ciudad (calle Canellas y final del Coso Bajo).

Siglo I. En el Museo de Capua se conserva la inscripción funeraria, descubierta en Calvi (Campania italiana), del legionario oscense M. Emilio, veterano de la legión IX Hispana, condecorado por el emperador con torques (collar), armilla (brazalete) y falera (una especie de medalla).

Época romana. Las vías de Osca. Los nombres actuales de varios lugares y localidades cercanos a Huesca tienen su origen en el número de millas romanas que les separaban de la ciudad en las vías que partían de Osca: Tierz (tercer miliario), Estrecho Quinto (quinto) y Siétamo (séptimo) en la actual autovía a Lérida; Cuarte (cuarto) en la autovía a Zaragoza; y Nueno (noveno) en la autovía a Pamplona. En época medieval existieron también Castejón de Sexto y un segundo Séptimo (antes de llegar a Nueno). En Zaragoza se da un fenómeno similar, con Tierz, Cuarte, Quinto, Sext y Utebo (octavo miliario).

Fines del siglo III. A este momento pertenece el ejemplo más importante de escultura romana existente en la ciudad. Se trata de un sarcófago de mármol, en el que está representado el busto del ciudadano romano para el que se hizo, en un medallón circular; bajo él, un canastillo de frutas; y seis personajes más: dos genios alados, dos figuras recostadas, una masculina con barba llevando un junco y otra femenina con el cuerno de la abundancia, y dos en los extremos, con una flauta la primera y una lira y una antorcha la otra. El sarcófago, reutilizado en la Edad Media para enterrar al rey de Aragón Ramiro II el Monje (1134-1137), se conserva en el claustro románico de la iglesia de San Pedro el Viejo.

Siglos I-IV. Llegada del cristianismo a Huesca, en circunstancias desconocidas.

258. Martirio en Roma, durante la persecución del emperador Valeriano, de San Lorenzo, primer patrón de la ciudad, quien según tradiciones oscenses medievales habría nacido en Huesca.

303-304. Martirio en Valencia, durante la última gran persecución del imperio romano contra los cristianos, de San Vicente, segundo patrón de la ciudad, quien según tradiciones oscenses medievales habría nacido en Huesca.

420. Siagrio, primer obispo conocido de Huesca. Su nombre aparece, junto al del presbítero Severo, en una carta del hispano Consencio a San Agustín. En dicha carta, descubierta en 1975, Consencio acusa a Severo y al obispo Siagrio de connivencias con la herejía priscilianista.

Siglo III-VII. Profundo declive de la vida urbana, paralelo al de otras ciudades de Hispania, que en Huesca no se recupera hasta época musulmana.

476-711. En el año 476 desaparece el imperio romano de Occidente. A partir de entonces, la ciudad pasa a formar parte del reino visigodo.

Siglos VI-VII. Se conocen los nombres, unos más seguros que otros, de ocho obispos de Osca durante el periodo visigodo: Elpidio, Pompeyano, Vicente, Gabino, Ordulfo, Eusebio, Gadiscaldo y Audiberto. Ignoramos, sin embargo, donde estaba situada la catedral (quizá en la parte más alta de la ciudad, donde se levantarían más tarde la mezquita mayor y la catedral gótica) y tampoco sabemos cuál era su advocación.

598. Concilio en Huesca de los obispos de la provincia Tarraconense. En época romana, Huesca y Zaragoza pertenecían a la provincia llamada Hispania Citerior, que más tarde, durante el imperio, se denominó Tarraconense, cuya capital era Tarraco ―Tarragona―. Tras la cristianización, y también en época visigoda, los obispos de Huesca y Zaragoza formaban parte, asimismo, de una provincia eclesiástica llamada Tarraconense, a cuyo frente estaba el obispo metropolitano de Tarraco.

673. Estancia en Osca del rey visigodo Wamba, durante la campaña que emprendió para sofocar la revuelta del duque Paulo.

Texto: Carlos Garcés Manau. Historiador

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