La alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna, acompañada por varios concejales de la corporación municipal, participó el pasado viernes en la ceremonia oficial de las fiestas de Tarbes, ciudad hermanada con Huesca desde hace 61 años. El acto, cargado de simbolismo y de espíritu de fraternidad, sirvió para estrechar aún más los históricos lazos que unen a ambas ciudades desde 1963.

El alcalde de Tarbes, Gérard Trémège, ejerció como anfitrión en una jornada que combinó tradición y emoción, y que incluyó el solemne izado de banderas y el tradicional intercambio de regalos institucionales. Estos gestos protocolarios pusieron de relieve la solidez de una relación que trasciende fronteras y generaciones.

La delegación oscense pudo disfrutar de una cuidada programación cultural durante todo el fin de semana, que incluyó un encuentro musical con alumnos del conservatorio y bandas locales, un recorrido por el emblemático Jardin Massey y la exposición Le Corps dans l’art, el concierto del Coro de Tarbes - Hautes-Pyrénées y la Orquesta de Tarbes en el teatro nacional Le Parvis, y una visita a la majestuosa Abadía de l’Escaladieu, joya del patrimonio histórico regional.

La visita ha tenido un carácter especialmente emotivo al coincidir con el último año de mandato del alcalde Gérard Trémège, quien cierra una etapa de 25 años al frente del Ayuntamiento de Tarbes. La alcaldesa de Huesca expresó su agradecimiento por su firme compromiso con el hermanamiento y su inquebrantable vocación de servicio público.

Como muestra de la reciprocidad que define este vínculo institucional, una delegación de Tarbes viajará como es con timbre a Huesca el próximo mes de agosto para participar en las fiestas en honor a San Lorenzo, que este año adquieren un carácter aún más especial al conmemorarse el 1.800 aniversario del nacimiento del patrón oscense.