La ciudad de Huesca sigue liderando el camino hacia un modelo de ciudad más verde y saludable gracias a su trabajo en la infraestructura verde. Entre las acciones más destacadas se encuentran los alcorques vivos y los alcorques naturalizados, que se han convertido en un símbolo de innovación ambiental y sostenibilidad urbana.
Los alcorques vivos son espacios especialmente diseñados con siembras de flores que, además de embellecer nuestras calles, juegan un papel clave en la polinización y el control natural de plagas. Estos pequeños ecosistemas, también conocidos como islas de biodiversidad, no solo benefician a los árboles urbanos, sino que contribuyen al bienestar de los insectos y la fauna local.
Por su parte, los alcorques naturalizados permiten que la vegetación espontánea crezca en estos espacios urbanos. Lejos de ser un signo de abandono o desorden, estos alcorques representan salud: son una clara muestra de la resiliencia de la naturaleza y un testimonio de la armonía entre la ciudad y el entorno natural. Los árboles, que viven en un ecosistema más equilibrado, y los ciudadanos, que disfrutan de un entorno más saludable, se benefician de esta nueva forma de entender el espacio urbano.
“Mejoramos las condiciones en las que se encuentran sus propias raíces, al permitir el desarrollo de la vegetación en estos alcorques; mejora la permeabilidad, además se oxigenan y se mantienen más vivos todos esos procesos en el terreno, que ayuda a que la salud del árbol desde sus raíces sea mejor”, explica Ana Pérez, técnico de Infraestructura Verde del Ayuntamiento de Huesca.
Gracias a este modelo, Huesca ha sido galardonada con dos premios por su trabajo innovador con las islas de biodiversidad y los alcorques vivos, lo que ha consolidado a la ciudad como referencia nacional en sostenibilidad urbana. En los últimos años, Huesca ha compartido su experiencia a través de congresos, jornadas especializadas y publicaciones científicas.
Desde el inicio de la pandemia, los alcorques naturalizados recibieron una oportunidad inesperada. Al no poder intervenir en los espacios públicos, la vegetación creció libremente, lo que demostró que no hay “drama” en la vegetación al pie de los árboles. Por el contrario, se abrió una puerta para trabajar en este nuevo modelo de gestión que hoy ya forma parte del día a día de la ciudad.
Recientemente, los resultados de la encuesta realizada dentro de la estrategia “Huesca en Verde” revelaron que más de 400 personas han mostrado su apoyo a la iniciativa. La mayoría de los encuestados respondió positivamente a la presencia de estos nuevos alcorques, lo que refleja un alto nivel de conciencia y aprecio por la naturaleza urbana.
En el futuro cercano, el área de medio ambiente del Ayuntamiento de Huesca continuará revisando y ajustando los alcorques, asegurándose de mantener un equilibrio adecuado entre las especies naturales y la intervención humana. El objetivo es seguir aprendiendo y mejorando para que Huesca siga siendo una ciudad saludable, sostenible y conectada con su entorno natural.
Para más información sobre el proyecto y la biodiversidad urbana en Huesca, se puede visitar la página web municipal:
https://www.huesca.es/areas/medio-ambiente/espacios-verdes/biodiversidad
Huesca sigue apostando por la biodiversidad urbana a través de los alcorques vivos y naturalizados
Gracias a este modelo, Huesca ha sido galardonada por su trabajo innovador, lo que ha consolidado a la ciudad como referencia nacional en sostenibilidad urbana
