Una primavera más, Huesca se llena de color y vida gracias al trabajo de la brigada municipal de jardines, que durante estas semanas de mayo está inmersa en la plantación de más de 4.500 unidades florales en los 22 parterres repartidos por toda la ciudad.

Este despliegue vegetal no solo adorna nuestras calles, plazas y parques, sino que es el resultado de un esfuerzo técnico y paisajístico que se ha ido perfeccionando año tras año. Con más de 100 especies y variedades diferentes, las composiciones florales de Huesca ofrecen una riqueza vegetal única y dinámica, que evoluciona de forma natural a lo largo del año, desde la primavera hasta el otoño.

Ya se han plantado espacios emblemáticos como el monumento a los Caídos, el estanque central y los accesos al Parque Miguel Servet. Este viernes le tocaba el turno a un enclave tan representativo como es el parterre de la fuente de las Musas en la plaza Navarra, y en próximos días se actuará en el parterre de la Biblioteca Pública de la plaza Luis Buñuel, el monumento de La Paz, la fuente del 8 de marzo, María Auxiliadora, en dos parterres frente al Colegio Pío XII o la glorieta de la calle Gibraltar.

Además de los parterres, Huesca contará esta primavera con 45 copas florales en el Parque Miguel Servet y 4 vistosas “torres florales” distribuidas a lo largo del Coso. Todos estos elementos están concebidos bajo la misma filosofía: una base vegetal que permanece durante todo el año y florece en distintas etapas, permitiendo así un relevo natural y sostenible de las especies protagonistas según la estación.

Los diseños florales, verdaderos trajes a medida para cada ubicación, se adaptan cuidadosamente a factores como la orientación solar, el uso del espacio, el mantenimiento o el legado botánico del lugar. Fruto de esta labor minuciosa, algunos parterres se han convertido en auténticas joyas del paisaje urbano, como los situados a ambos lados de la entrada del Rey al Parque Miguel Servet.

Por último, en colaboración con la empresa UTE, en los próximos días se procederá también al relevo estacional de las jardineras colgantes que adornan farolas y calles tan transitadas como López Allué, Arista, Villahermosa, Gibraltar o plaza Navarra.
Huesca florece, y lo hace con mimo, biodiversidad y una clara apuesta por un paisaje urbano sostenible y de calidad.