Blasillo de Forges

Autor: César Pueyo Tresaco

Localización: Plaza Santa Clara, Huesca, España

Emplazamiento: Rotonda de la plaza Santa Clara de Huesca

Colaboradores: Agrigan, una empresa de abonos, distribución de productos veterinarios, venta de maquinaria de jardinería, accesorios para la industria del vino y afines, implantada en Aragón, Navarra y La Rioja.

Materiales: Acero corten 30 mm de espesor y chapa de acero inoxidable de 3 mm de espesor. Posee un peso de 1.500 kgs

Dimensiones (altura/anchura/profundidad): 250 x 200 x 3 cm

Cronología: 2011

Promotor: El promotor de este monumento es la empresa Comercial de Servicios Agrigan, S.A. de Huesca y el Ayuntamiento de Huesca.

Propietario: Ayuntamiento de Huesca

Inscripciones: La obra tiene una leyenda en su parte frontal que reza “Huesca a Forges”. Además, la obra está firmada y puesta la fecha en el lado superior de la placa.

Biografía del representado: ‘Forges’ es el seudónimo de Antonio Fraguas de Pablo, un humorista gráfico español, nacido en Madrid el 17 de enero de 1942. Su nombre artístico es la traducción catalana de su primer apellido. Cursó en Madrid estudios de ingeniería de telecomunicación -que no terminó- y Ciencias Sociales. A los 14 años empezó a trabajar como técnico de telecine en Televisión Española y como mezclador de imagen desde 1962. Publicó su primer dibujo en 1964 en el diario Pueblo, de la mano de Jesús Hermida. Jesús de la Serna le encomendó el chiste editorial que ha seguido realizando hasta la actualidad.

Crónica: El promotor de este monumento es la empresa Agrigan de Huesca, ciudad en la que anualmente se celebra el Congreso de Periodismo Digital. En dicho Congreso se otorgan unos premios denominados “Blasillos”, obra de Forges quien cedió el diseño del mismo para la la materialización del premio. El Ayuntamiento a cambio de este gesto, quiso dedicarle una rotonda a Forges quien en una de sus estancias en Huesca llegó a afirmar que ésta era la ciudad de las rotondas por antonomasia. Por otro lado, el Ayuntamiento de Huesca había ofrecido a diferentes empresas radicadas en la ciudad la posibilidad de hacer publicidad de su actividad a cambio de encargarse del mantenimiento de un espacio público de la ciudad como son las rotondas, promoviendo así la colocación de una escultura pública en el espacio urbano. La empresa Agrigan quiso sumarse a esta iniciativa y financió el levantamiento de un monumento público en la rotonda de la plaza de Santa Clara. El monumento Blasillo de Forges es un guiño al dibujante, quien señaló en una ocasión el enorme número de rotondas dentro del ámbito de la capital oscense. Por ello, se pensó en hacer una que tuviera precisamente algún gesto alusivo o monumento dedicado al humorista madrileño. El coste de la placa fue de 5015€ euros.

Comentario: Se trata de una plancha de acero corten cuyos tres cantos visibles se han ondulado para suavizar sus formas. En la parte frontal se ha trazado la imagen del “Blasillo” (que el humorista Antonio Fraguas “Forges” cedió al ayuntamiento de Huesca como símbolo del premio que se otorga en el “Congreso de Periodismo Digital”). El “Blasillo” es, según la galería de personajes del propio autor, una representación de la España rural y eterna. Además, en uno de sus laterales -el que está enfrentado a la plaza de Santa Clara- aparece la inscripción “Huesca a Forges” casi a modo de bocadillo de historieta gráfica. La escultura presenta ondas en los laterales y lado superior; trabajos que fueron incluidos por el artista César Pueyo Tresaco una vez que comenzó la obra. Algo que resultó un acierto, porque ello ha contribuido a la belleza, dulcificando las líneas exteriores y aportando calidez. La figura del “Blasillo”, así como el texto de la dedicatoria, están separadas de la placa de acero corten para evitar manchas y otros, por ejemplo, en días de lluvia.

Ficha: Natalia Juan García

Biografía del autor: César Pueyo Tresaco nació en el seno de una familia de herreros en Bolea (Huesca) el 27 de febrero de 1940. A los 13 años fue a vivir a Zaragoza y empezó a trabajar como aprendiz fabricando instrumentos musicales a la vez que asistía a una Escuela de Obreros y Comerciantes. A los 17 años, hastiado de una ciudad demasiado grande regresó a su Bolea natal. A esa edad aprendió el oficio de su padre haciendo herraduras para las caballerías, herrando burros y realizando diversos trabajos de forja. En los años 60, con la revolución agrícola y la mecanización del campo, volvió a marcharse a otros talleres con el fin de especializarse en maquinaria agrícola y prepararse para esa evolución. A los 25 años regresó y se hizo cargo del pequeño taller de su padre e intentando aplicar los conocimientos adquiridos. En ese momento de su vida, sintió la necesidad de dedicarse al mundo del arte, forjando y trasmitiendo en el hierro incandescente lo que le dictaba su interior. Sin embargo, su parte racional ganó a la sentimental y siguió en el taller familiar. Para ampliar el negocio, construyó unas nuevas instalaciones en Bolea y se dedicó a fondo a la maquinaría agrícola, desarrollando su propio producto: una máquina de pelar almendras que patentó, fabricó y comercializó con éxito. En 1995 le surgió la necesidad de volver a adaptarse a las nuevas exigencias del mercado y se instaló en Huesca adquiriendo una estructura más industrial y modernizada comenzando entonces un nuevo camino en el sector industrial. En la actualidad, ya jubilado César sigue yendo todos los días a su empresa que ahora llevan sus hijos para dedicarse, por fin, después de toda una vida a hacer lo que en su día no pudo cuando sintió la llamada del arte: trabajar la forja y realizar esculturas como el Blasillo de Forges.

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