Huesca es una ciudad intermedia de 53.400 habitantes, capital de una provincia mágica donde que se dan hasta 5 climas distintos, desde el estepario hasta el clima de montaña y con un 24% del territorio protegido medioambientalmente. Estas especiales características nos dotan de una biodiversidad única que han influido en nuestra historia, cultura y por supuesto, en nuestra gastronomía.
Una ciudad milenaria, rica en historia y patrimonio que es parte de un territorio que vive en íntima relación con la tierra y la naturaleza. La adaptación al medio natural ha potenciado desde tiempo inmemorial la innovación y la creatividad de sus habitantes que han sabido hacer da la gastronomía un motor de desarrollo sostenible.
Te invitamos a conocer un lugar donde hacemos de forma extraordinaria lo cotidiano.
Huesca es capital de la provincia homónima del Altoaragón y está situada al nordeste de España. Situada de forma estratégica, actualmente está a menos de unas dos horas de Madrid en tren AVE y a menos todavía de la frontera francesa por vía terrestre. Estar a unos 40 minutos de Zaragoza por autovía, hace que resulte también accesible desde muchos otros puntos del país y de fuera desde dentro y fuera del país tanto por ferrocarril como por avión.
La vocación creativa e innovadora de la ciudad tiene mucho que ver con su pasado histórico. Una ciudad donde a lo largo de los siglos se han hablado distintas lenguas, profesado distintas religiones y culturas que han dejado su impronta y que sin duda han hecho que sea cómo es hoy en día.
Los testimonios más antiguos de asentamientos humanos en Huesca, pertenecientes al Neolítico, tienen 6.000 años de antigüedad.
En el periodo romano fue bautizada como Osca y Quinto Sertorio la convirtió en la capital de los territorios que llegó a dominar en Hispania. Fue este general romano quien creó una escuela en la que educa a la manera griega y romana a los hijos de los jefes hispanos que le apoyan.
En recuerdo de esta escuela, la Universidad de Huesca, la primera de Aragón y una de las primeras de España, fundada en 1354, se conoció como Universidad Sertoriana. Durante cinco siglos, hasta su cierre en 1845, la vida universitaria constituyó uno de los rasgos principales de la ciudad. La Universidad contaba con cinco Facultades (Teología, Derecho Civil, Derecho Canónico, Medicina y Artes) y varios Colegios, entre los que destacaban los de Santiago y San Vicente. La Universidad fue asimismo la que trajo la imprenta a Huesca, en 1575.
Con posterioridad a la época romana, durante mucho tiempo de los cuatro siglos del periodo musulmán en la ciudad (VIII a XI) Huesca, Wasqa entonces, fue la ciudad más al norte de todo Al Andalus, convirtiéndose en frontera con los reinos exteriores. De esta época quedan testimonios escritos en los que se habla de las huertas y cultivos de la ciudad.
Tras la conquista de Wasqa por el rey Pedro I de Aragón, la ciudad pasa a ser la Huesca Aragonesa, lugar de nacimiento de 3 reyes, última morada de Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje y cuna de donde salió la primera compilación oficial de fueros de Aragón, base de todo el derecho aragonés posterior.
Ya en la edad contemporánea Huesca destacó por la intensa vida cultural que propició Vicencio Juan de Lastanosa, coleccionista y mecenas que reunió en torno suyo un amplio círculo de escritores y artistas, entre los que sobresale Baltasar Gracián.
La ciudad ha visto nacer a diversos personajes que han destacado por su capacidad innovadora y creativa como Fidel Pagés Miravé, inventor de la anestesia epidural, Mariano Catalán, quien construyó y montó la primera bicicleta de España, el pintor Leon Abadías, Carlos Saura, Teresa Ramón, Valentín Carderera y tantos otros.
La Huesca que conocemos en la actualidad debe mucho de su carácter a toda esta historia.