Santiago

Autor: Manuel Arcón

Localización: Parroquia De Santiago Apóstol, Avenida de la Paz, Huesca, España

Emplazamiento: Fachada de la iglesia de Santiago

Materiales: Piedra de Floresta

Dimensiones (altura/anchura/profundidad): 4,5 m de altura. La figura está adosada al muro exterior de la iglesia.

Cronología: 1973

Promotor: Diócesis de Huesca

Propietario: Diócesis de Huesca

Inscripciones: Sin inscripciones

Crónica: Durante los años sesenta del pasado siglo XX, quizá como consecuencia de la celebración del Concilio Vaticano II y del consiguiente aggiornamento que supuso para la Iglesia católica en muchos aspectos de su actividad pública, se produjo en España un notable incremento de los proyectos de construcción de nuevos templos y de renovación de la imaginería o los ajuares litúrgicos de muchos de los ya existentes, lo que originó, por decirlo así, un cierto repunte de las iniciativas eclesiásticas en actuaciones relacionadas con el arte. No es casual que los primeros encargos monumentales ejecutados por Manuel Arcón sean, en 1965, el paso procesional de La Eucaristía para el Cuadro artístico SemanaSantista de Hijar (Teruel) y, un año después, las imágenes de La Anunciación, San José y Virgen del Carmen para el altar mayor de la iglesia de las Madres Carmelitas de la Encarnación de Zaragoza. En esa estela, pero con resultados muy distintos porque está replanteándose los aspectos formales y expresivos de su trabajo (sin duda favorecido en este caso por las nuevas corrientes eclesiales), Arcón recibe en 1973 el encargo de la imagen del apóstol Santiago para el altar mayor del nuevo templo que, bajo su advocación, se construye en Huesca según el proyecto del arquitecto Agustín Benosa, si bien finalmente (debido a las directrices litúrgicas, que daban preferencia al sacrificio eucarístico) acabó instalándose en la fachada del edificio, para cuyo interior tallará también en piedra una delicada imagen de la Inmaculada Concepción, de planteamientos más tradicionales pero resuelta con notable sintetismo, evidente economía de medios y la inconfundible limpieza formal que le distingue.

Comentario: Esta monumental escultura del apóstol Santiago (tan expresiva, rotunda, esencial, cercana como representación del peregrino cuanto admonitoria en la contundencia de su fe, casi desmesurada pero muy contenida en la grandiosidad de miembros y proporciones, perfectamente representativa de la extraor-dinaria renovación de la imaginería religiosa postconciliar), que Arcón talla y construye –reduciendo a líneas y masas formidables el anguloso cuerpo del santo– con el vigor y la sobriedad características de toda su obra en piedra, confirma y consolida la nueva tendencia manifiestamente expresionista hacia la que se orienta buena parte de la producción figurativa del autor desde comienzos de esa década, incidiendo en un proceso de geometrización sintetizada de los volúmenes con cuya rigurosa limpieza formal busca efectos visuales tan contundentes como liberados de cualquier adorno virtuosista o superfluo, persiguiendo el objetivo fundamental de distinguir y resaltar los valores esenciales de la estructura compositiva y los aspectos verdaderamente significantes de la figura, obteniendo así los resultados volumétricos y la eficacia expresiva que identifican está tendencia de su trabajo, que ha venido desarrollando desde entonces en los ámbitos de la figuración organicista y el constructivismo geométrico, principales rasgos definitorios de su escultura a lo largo de las tres última décadas.

Bibliografía: JUANFO, ""Una nueva parroquia oscense. Dedicada al apóstol Santiago, se espera su consagración a finales de noviembre"", en Heraldo de Aragón, 23 de septiembre de 1973. ORDÓÑEZ FERNÁNDEZ, Rafael, Manuel Arcón. Esculturas, Zaragoza, Ayuntamiento, 1990. ORDÓÑEZ FERNÁNDEZ, Rafael, Manuel Arcón. Volúmenes humanos, Zaragoza, Ibercaja, 2005.

Ficha: Rafael Ordóñez Fernández

Biografía del autor: Manuel Arcón Pérez (Barasona/Graus –Huesca-, 1928) se formó en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Zaragoza y en los talleres de Félix Burriel, en Zaragoza, y Enric Monjo, en Barcelona. De su generación, sólo Arcón y Francisco Rallo se han mantenido en Zaragoza –es decir, en Aragón– como escultores profesionales durante toda la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del siguiente. Escultor cuyas obras figurativas (retratos, medallas, imágenes religiosas, desnudos femeninos, piezas monumentales) representan una importante renovación formal, volumétrica y expresiva de la escultura contemporánea en el ámbito aragonés, desde los años ochenta del siglo XX ha desarrollado también otra relevante faceta de su obra siguiendo las tendencias constructivistas y organicistas de la disciplina, guiado siempre por un profundo sentido humanista. A partir de 1965 realiza un variado y muy significativo conjunto de obras de carácter monumental, con excelentes ejemplos en Híjar, Huesca, Villanueva de Sijena, Zaragoza, La Almunia de doña Godina, Sabiñánigo, Alcañiz, que le convierten en uno de los escultores autóctonos más destacados en ese campo.

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