Fuente de la Morena o Fuente de la Moreneta

Autor: Desconocido

Localización: Plaza de la Catedral, Huesca, España

Emplazamiento: Plaza de la Catedral, en la zona arbolada situada frente a la puerta principal del Ayuntamiento.

Colaboradores: Fundición Antoine Durenne (realización material de la estatua de fundición); Federico Villasante (elaboración de la memoria, los planos y el presupuesto para la construcción de la fuente que debía acompañar a la estatua de fundición y redacción de las condiciones facultativas a las que debía atenerse el contratista de las obras); Pedro Huici (contratista de las obras de construcción y montaje de la fuente, incluidas las labores de fontanería); Fundición Antonio Averly (realización de la taza octogonal de fundición existente en la actualidad, que sustituyó a la original).

Materiales: Hierro fundido (estatua, pedestal y taza), pintura (recubrimiento protector de la estatua, el pedestal y la taza).

Dimensiones (altura/anchura/profundidad): Taza: 0’60 x 4’28 x 4’28 m. Zócalo: 0’80 x 0’60 x 0’60 m. Estatua de fundición: 1’680 x 0’539 x 0’594 m.

Cronología: Hacia 1861-1862 (diseño y creación del prototipo del modelo de estatua decorativa con función opcional de fuente al que pertenece La Morena, denominado Verseuse A E); 1884 o principios de 1885 (adquisición para Huesca, por parte de Enrique Blondeau, de una estatua modelo Verseuse A E de la Fundición Antoine Durenne); 22 de septiembre de 1885 (proyecto para la construcción de la fuente que debía acompañar a la estatua, elaborado por Federico Villasante, que incluyó memoria, planos y presupuesto); 28 de octubre de 1885 (condiciones facultativas a las que debía atenerse el contratista de las obras de la fuente); 10 de noviembre de 1885 (subasta de las obras de la fuente); poco después del 7 de diciembre de 1885 (inicio de las obras de la fuente); 21 de enero de 1886 (conclusión de las obras de la fuente); fecha indeterminada entre 1887 y los primeros años del siglo XX (sustitución de la taza original de piedra por la actual de fundición).

Promotor: Concesionario de la traída de aguas del Manantial de San Julián de Banzo y Ayuntamiento de Huesca.

Propietario: Ayuntamiento de Huesca

Inscripciones: En la base de la figura de fundición, junto a su pie izquierdo: A. DURENNE / PARIS. En la taza de la fuente, en dos recuadros situados en sus dos caras laterales: ANTONIO AVERLY / ZARAGOZA.

Crónica: El 20 de marzo de 1881 el empresario afincado en Barcelona Isidro Plou Torres propuso al Ayuntamiento de Huesca acometer por su cuenta, mediante concesión, una traída de aguas potables desde el Manantial de San Julián de Banzo, situado a unos 17’5 km al norte de la ciudad, con el fin de abastecer a Huesca con agua de calidad. El Ayuntamiento acabó aceptando la propuesta, por lo que el 17 de septiembre de 1882 otorgó la concesión a Plou, que la traspasó sólo cinco meses más tarde, el 28 de febrero de 1883, a Rigoberto Albors y Moullor, banquero de Alcoy, que se asoció con el empresario afincado en Barcelona Enrique Blondeau y Laye, el cual se encargó in situ de un proyecto cuyas obras se acometieron entre principios de 1883 y comienzos de 1887. Aprovechando dicha traída de aguas, el Ayuntamiento acordó el 23 de febrero de 1884 instalar ocho “fuentes de vecindad” para el abastecimiento público con el fin de complementar a la fuente monumental que contemplaba la concesión, la futura Fuente de las Musas. Dichas fuentes debían instalarse en las plazas de la Catedral, San Victorián, San Pedro, San Lorenzo, Santo Domingo, Lizana, El Temple y El Justicia. La mayoría de ellas, que se concibieron muy sencillas, acabaron siendo costeadas también por el concesionario, aunque algunas, como la de la Catedral, quedaron a cargo del Ayuntamiento. No obstante, el caso de la fuente de la plaza de la Catedral fue especial, ya que el Ayuntamiento decidió engalanarla con una estatua de fundición con función de fuente que el concesionario le había regalado para compensarle por el notable retraso y las deficiencias de las obras de la traída de aguas. Dicha figura, que muy pronto pasó a conocerse popularmente como “La Morena” por el oscurecimiento de su pintura a raíz de su constante exposición al sol, la había comprada Enrique Blondeau en 1884 o principios de1885, mediante catálogo, a la prestigiosa fundición artística francesa de Antoine Durenne, probablemente dentro del mismo pedido en que adquirió la propia Fuente de las Musas de Huesca y el pequeño grupo escultórico que corona la Fuente del Amorcillo de Loporzano, localidad cercana que también participó en la traída de aguas. Para poder colocar “La Morena”, que antes de instalarse fue expuesta al público en el vestíbulo de la casa consistorial, el Ayuntamiento encargó al arquitecto municipal, Federico Villasante, el proyecto de la nueva fuente de la plaza de la Catedral, que rubricó y presentó al Ayuntamiento el 22 de septiembre de 1885 y que incluía la memoria, los planos y el presupuesto de la obra, que calculó en 1.696 pesetas (sin contar el coste de la estatua). Un mes después, el 28 de octubre, ya tenía ultimadas las condiciones facultativas a las que debería atenerse el contratista en quien quedara rematada la subasta de las obras, que se celebró el 10 de noviembre de 1885. Los trabajos se adjudicaron por 1.317 pesetas a Pedro Huici, que los inició poco después del 7 de diciembre 1885, una vez que el Ayuntamiento le comunicó la aprobación oficial del remate de la subasta. De hecho, el 15 de diciembre de 1885, probablemente a petición del contratista, el arquitecto municipal trazó un dibujo de la plaza en el que fijó claramente la ubicación que debía tener la fuente, que se debía levantar en su centro exacto, entre la portada del Ayuntamiento y la calle Santiago. La fuente se construyó con una taza o pilón de planta circular de altura y diámetro muy pequeños (0’30 y 1’875 metros respectivamente), hecho en “mármol negro de Calatorao” al igual que su enlosado y el propio pedestal de “La Morena”, que inicialmente cumplió la función de surtidor único de la fuente gracias al agua que vertía por su cántaro. La nueva fuente, que tuvo un coste final de 1.461 pesetas, se dio por concluida el 21 de enero de 1886, por lo que el contratista cumplió estrictamente con el plazo de 40 días que el Ayuntamiento le había dado para construirla. Sin embargo, la taza circular de piedra, probablemente por su pequeñez, que impedía aumentar la capacidad y flujo de la fuente, fue sustituida muy pronto, en una fecha indeterminada entre 1887 y los primeros años del siglo XX, por la actual, que es de hierro fundido y de planta octogonal y que se encargó a la Fundición Antonio Averly de Zaragoza. Probablemente ya entonces, la fuente perdió su centralidad original al ser desplazada unos metros hasta quedar alineada con la portada del Ayuntamiento, emplazamiento que mantiene hoy.

Comentario: La Fundición Antoine Durenne (1822-1895), creada por éste en 1857 y radicada en Sommevoire, en el departamento del Alto Marne, en la región de la Champaña-Ardenas, fue una de las más prestigiosas e internacionales fundiciones artísticas francesas de la segunda mitad del siglo XIX. Exportó sus exquisitos productos en hierro fundido (fuentes, monumentos, balaustradas…) por toda Europa y América (Brasil, Argentina, México, EEUU…) gracias a su calidad, que residía en el hecho de partir de modelos realizados para la firma por algunos de los escultores franceses más renombrados del momento y a su sistema de venta por catálogo, que se apoyaba en una tupida red de distribuidores-importadores en distintos países. La Fuente de la Morena o de la Moreneta corresponde a un modelo de estatua decorativa con función opcional de fuente que fue recogido en el Catálogo General de la Fundición A. Durenne de 1868 (el más antiguo conocido), en la lámina 201-F, dedicada a varios tipos de estatuas decorativas, con la denominación de Verseuse A E (es decir “vertedora” o “aguadora”). El autor del prototipo de este modelo permanece hoy en el anonimato a raíz de la destrucción de los antiguos archivos de la empresa a comienzos de la década de 1980. No obstante, su autoría podría estar relacionada con alguno de los destacados escultores franceses que colaboraron con la firma en sus primeros años, como Albert-Ernest Carrier-Belleuse (1824-1887) o Mathurin Moreau (1821-1912), sobre todo con el primero, alguna de cuyas obras documentadas presenta notables paralelismos con la que nos ocupa, tanto plásticos, como compositivos y temáticos. En cuanto a la cronología del prototipo, habría que remontarla probablemente hasta 1861-1862, periodo durante el cual se formó una parte importante del repertorio de la Fundición Durenne con motivo de la Exposición Internacional de Londres de 1862, la primera de relevancia a la que concurrió la firma. Curiosamente, existe en Málaga un ejemplar idéntico al oscense, también de la firma Durenne y con función de fuente. La pieza malagueña se conoce como Fuente de la Ninfa del Cántaro y llegó a la ciudad andaluza en 1877, fruto de la donación de un particular. La Fuente de la Morena o de la Moreneta de Huesca muestra una figura femenina de aspecto idealizado y belleza serena, ataviada a la manera clásica con una túnica de vaporosos pliegues y un complejo peinado recogido. Parece ser una especie de ninfa que vierte el agua de un cántaro que actúa como surtidor de la fuente. Con el fin de imprimir ritmo a la figura, el escultor la dotó de una postura compleja a pesar de conformar un bloque compacto. De hecho no resulta nada rígida, sino todo lo contrario. Concretamente, la ninfa se dispone en contraposto, con su pierna derecha, que asoma sensualmente de la túnica, flexionada y echada hacia atrás. Sin embargo, este recurso tan clásico pierde su esencia de manera premeditada a consecuencia del movimiento contrario que describen los brazos, que se estiran hacia el costado derecho de la figura, apoyando el cántaro sobre la cadera de la pierna de dicho costado, que aparece estirada y tapada por la vestimenta. Esto permitió al escultor generar un complejo movimiento de torsión que dota a la figura de un ritmo helicoidal de carácter ascensional muy efectista y sensual, de una sensualidad muy típica de la escultura de la época del II Imperio francés, la cual queda enfatizada por los brazos y hombros semidesnudos de la ninfa y por el uso de la técnica escultórica de los paños mojados, que permite intuir el cuerpo femenino bajo la túnica. En síntesis, estamos ante una figura de temática clásica y belleza idealizada que está resuelta sin embargo con unos recursos escultóricos a medio camino entre la exuberancia y la sensualidad del neobarroco y la elegancia del neorrococó muy característicos de la época de Napoleón III, alejados ya de la serenidad y clasicismo que todavía caracterizaba a otras estatuas-fuente de temática y cronología similares como la Fuente de la Samaritana de Zaragoza, que resulta mucho más retardataria y de calidad escultórica inferior.

Bibliografía: AGÓN TORNIL, P., “La Moreneta”, en Nueva España, 10 de agosto de 1961, s. p. ANÓNIMO, “Recordando la historia de Huesca”, en Nueva España, 10 de agosto de 1961, s. p. CALVO SALILLAS, M. J., Arte y sociedad: actuaciones urbanísticas en Huesca, 1833-1936, Huesca, Ayuntamiento de Huesca, 1990, p. 99. GARCÉS MANAU, C., “La fuente de las Musas y La Moreneta de Huesca, en Edimburgo y Málaga”, en Diario del Altoaragón, 7 de agosto de 2011, p. 11. PAGONT, “¿Volverá La Moreneta?”, en Nueva España, 25 de abril de 1976, p. 12. REMESAR, A., DE LECEA, I., GRANDAS, C., “La Fuente de las Tres Gracias en Barcelona”, On the w@terfront, nº 5, marzo 2004, pp. 19-35. ROSENBERGER, G., “Antoine-Marie-Aubin Durenne (1822-1895) et la fonte d’art au XIXe siècle”, Revue Centraliens, nº 608, febrero de 2011, pp. 58-61. www.e-monumen.net. www.fontesdart.org. www.fontesdart-sommevoire.org.

Ficha: Javier Martínez Molina

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